Monday, July 7, 2008

¿POR QUÉ NO SOY PARTE DE UNA DENOMINACIÓN?

¿Es la iglesia de Cristo una denominación?, esa es la pregunta de muchos en nuestros días; sin embargo, la respuesta a esta pregunta puede ser muy relativa, ya que, en un sentido local, existen muchas congregaciones identificadas como "iglesia de Cristo" que, a causa de su obra y doctrina, han caído en las bien notables falsedades y herejías del mundo denominacional. Por tanto, muy independientemente del nombre correcto que un grupo religioso pueda tener, creo que es mejor preguntarnos, ¿Por qué no soy parte de una denominación? Nuestra respuesta, apegada a las Escrituras, mostrará el camino que estamos siguiendo, el cual, desde luego, debe ser Cristo, y nada más.
1. NO SOY PARTE DE UNA DENOMINACIÓN, PORQUE HE OBEDECIDO EL EVANGELIO DE CRISTO. Este es el primer conflicto que tiene una denominación con lo que dice la Biblia. Cristo enseñó, él mismo y a través de sus apóstoles, que para ser salvo, uno tiene que creer en su evangelio (Mr. 16:15, 16), que debe arrepentirse de sus pecados (Hechos 3:19), que hay que confesar con nuestros labios, que creemos de corazón que Cristo es el Hijo de Dios, que es el Señor y que ha resucitado de los muertos (Hechos 8:37; Romanos 10:9, 10), y que debemos ser bautizados para el perdón de nuestros pecados, recibiendo así el don del Espíritu Santo (Hechos 2:38; Mr. 16:16). Las denominaciones evangélicas, aún aquellas congregaciones que se identifican como "iglesia de Cristo", si no obedecen y llevan al mundo el evangelio de Cristo para la salvación del pecador, sencillamente están llevando un evangelio pervertido, del cual no se puede esperar la aprobación divina. Por esto no soy parte de una denominación.
2. NO SOY PARTE DE UNA DENOMINACIÓN, PORQUE CRISTO ENSEÑA QUE NO DEBO IDENTIFICARME CON NOMBRES HUMANOS. Muchos en la actualidad con orgullo dirán, soy metodista, soy bautista, soy carismático o pentecostés. Aún hay quienes afirman que las congregaciones a las que ellos pertenecen, son de la "Iglesia de Cristo"; pero, ¿son bíblicos tales nombres? En la Biblia leemos de la "iglesia de Dios" (1 Corintios 1:2), del "cuerpo de Cristo" (Efesios 1:22-23), del "Reino de Dios" (Colosenses 1:13-14) y de las "iglesias de Cristo" (Romanos 16:16). También uno puede darse cuenta que la iglesia del Señor no se compone de congregaciones, sino de individuos que obedecen su Palabra (Hechos 2:38-41); ¡pero jamás leerá de aquellos nombres y términos humanos! Por esto no soy parte de una denominación.
4. NO SOY PARTE DE UNA DENOMINACIÓN, PORQUE CRISTO ME ENSEÑA QUE PERSEVERE EN SU PALABRA. Muchos creyentes no tienen esta bendición del cristiano fiel (Juan 8:31), ya que, es evidente para todos aquellos que son parte de una denominación, que tienen que ser fieles a credos humanos. Aún hay muchos que erróneamente dicen ser fieles a "la doctrina de la Iglesia de Cristo". Pero Cristo enseña en su Palabra, que la iglesia, la cual es su cuerpo, debe perseverar en la doctrina de los apóstoles (Hechos 2:42), y esta doctrina, es "la doctrina de Cristo" (2 Juan :9). Es a esta doctrina a la que debemos ser fieles y en la que debemos perseverar, pero no a los credos denominacionales o a las doctrinas de "cierta Iglesia". Por esto no soy parte de una denominación.
5. NO SOY PARTE DE UNA DENOMINACIÓN, PORQUE CRISTO ME ENSEÑA QUE DEBO RESPETAR EL ORDEN QUE HA ESTABLECIDO PARA LA IGLESIA LOCAL. En nuestros días no es sorpresa escuchar "del Pastor de la Iglesia", o de ciertas "alianzas" o "asociaciones" de iglesias, las cuales, redactan un documento al que toda congregación que quiera participar de tal "alianza", debe se fiel al mismo. Pero Cristo enseña que en "cada iglesia" es donde debe haber, no "un Pastor", sino varios, los cuales reciben el nombre de "ancianos" o "pastores" (Hechos 20:17, 28). Cristo enseña que cada congregación local obra independientemente sin ser parte de una alianza (Hechos 14:23; 1 Pedro 5:1, 2). Por esto no soy parte de una denominación.
5. NO SOY PARTE DE UNA DENOMINACIÓN, PORQUE CRISTO ME ENSEÑA CÓMO QUIERE SER ADORADO. Las denominaciones han adulterado la adoración que Cristo solicita en su Palabra. Él enseña que sus discípulos participan del partimiento del pan, el primer día de la semana (Hechos 20:7), no al año, no cada tres meses, no cualquier día de la semana, sino el domingo. Muchos otros han estado cambiando los elementos autorizados por Cristo para celebrar la Santa Cena, los cuales, según Cristo, son el pan sin levadura y el jugo de uva (Mt. 26:26-29). En cuanto al dar, las denominaciones solicitan diezmos de sus feligreses, mientras que Cristo sólo me pide que dé según proponga en mi corazón, dando únicamente cada primer día de la semana (1 Corintios 16:2). Pero muchos no solamente no se conforman con pedir el diezmo, sino que también solicitan dinero entre semana. En cuanto al canto, Cristo enseña que cante (Colosenses 3:16; Efesios 5:19), pero muchos otros, yendo más allá de lo autorizado por Cristo, introducen otra clase de música a la adoración, es decir, la instrumental. Muchos otros danzan, aplauden, gritan y se tiran al suelo, acciones no autorizadas por Cristo para su adoración (1 Corintios 14:33, 40). Por esto no soy parte de una denominación.
6. NO SOY PARTE DE UNA DENOMINACIÓN, PORQUE CRISTO ME ENSEÑA CÓMO LA IGLESIA LOCAL HACE SU OBRA. Son muchos los grupos religiosos, aún hermanos en la fe, que ya no saben cuál es la obra de la iglesia, y en lugar de tener reuniones de adoración, sus asambleas parecen discotecas, centros sociales donde se juntan los jóvenes para tener novio (a) y las mujeres para aprender a cocinar o a hacer manualidades. Unos han olvidado, y otros, por su ignorancia debida al sectarismo que hay en su mente, no saben que la obra de la iglesia consiste en la evangelización, la edificación y la benevolencia. Muchos otros sí saben que esta es la obra de cada iglesia, pero han adulterado cada uno de los aspectos para llevar a cabo tal obra. Establecen instituciones tales como Colegios, hospitales, horfanatos, etc., centralizando obra, dinero y poder, en una marcada rebeldía a la Palabra de Dios. La Torre del Vigía, el Vaticano, la Convención Bautista, La Sociedad Misionera, las Iglesias Patrocinadoras, son un claro ejemplo de todo esto. Pero Cristo ha mostrado el claro plan de trabajo para cada iglesia, la forma en que ellas cooperan (Hechos 11:27-30), y la obra que cada individuo puede y debe hacer, pero el denominacionalismo, incluidas aquellas congregaciones de hermanos que han recibido tal sistema humano de obrar, pueden bien ser clasificados como parte de un solo movimiento, el cual, no es mas que el conjunto de hombres que buscan saber más que Dios, yendo más allá de su voluntad. Por esto no soy parte de una denominación.
CONCLUSIÓN
¿Es usted miembro de una denominación? No, no le diré ningún nombre, sino que, al comparar lo que tal agrupación religiosa enseña, la manera en que adora y la forma en que lleva cabo su obra, nos podremos percatar si el grupo al que pertenecemos se ha desviado de la Palabra de Dios, cayendo en la clasificación inevitable: "Denominación". ¿Habrá salvación en ese camino que muchos están siguiendo? Por esto no soy parte de una denominación...
Lorenzo Luévano Salas

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