Monday, August 18, 2008

"EL ESPÍRITU DE DIOS SE MUEVE EN MÍ"





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¿Ha escuchado usted alguna vez tal declaración? Su servidor la ha escuchado en diversas ocasiones, especialmente entre aquellos hermanos que han sido invadidos por las doctrinas de diversos movimientos religiosos de corte carismático. Es más, tal declaración, como muchas otras, la podemos ver en varios de los cantos que muchos hermanos han introducido a la adoración en sus congregaciones. En el canto titulado "Como David", dice, "..Si el Espíritu de Dios se mueve en mi, yo oro como David.. Si el Espíritu de Dios se mueve en mi, yo adoro como David.. Si el Espíritu de Dios se mueve en mi, yo ofrendo como David.." Nótese la idea errónea del canto. ¿Acaso cierta clase de oración, cierta clase de adoración y cierta forma de ofrendar, están condicionadas al movimiento del Espíritu Santo en uno? ¿Dónde lee usted de tal idea en la Biblia? Ni en las enseñanzas de la oración se habla de tal clase de oraciones efectuadas mediante el mover del Espíritu Santo. Ni tampoco sobre las enseñanzas de adorar a Dios, ni tampoco sobre las ofrendas. ¿Será que las ofrendas que Pablo enseña, son, de alguna manera, diferentes en calidad y objetivo que las oraciones que promueve el canto mencionado? Tal idea de que el Espíritu se mueve en uno no se encuentra en la Biblia. Hay otro canto que dice, "..En el principio el Espíritu de Dios, se movía sobre las aguas, más ahora se está moviendo, dentro de mi corazón.." Sin embargo, ¿cómo justificamos, a la luz de las Escrituras, tal aplicación bíblica? Tal parece que está muy de moda citar determinado texto, y luego hacer ciertas "aplicaciones", las cuales, no se justifican dentro del texto, ni del contexto. Génesis 1:2 no justifica tal aplicación. La pregunta clave es, ¿cómo se mueve el Espíritu de Dios en uno? ¿Cómo saberlo sin que la Biblia lo diga? ¿Cómo confiar en determinada respuesta, siendo que la Biblia no enseña que el Espíritu de Dios se mueve en uno? Tenemos el caso de Simeón, de quien dice la Biblia, "..Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. Y movido por el Espíritu, vino al templo.." (Lucas 2:25-27) Nótese que este suceso está relacionado con una obra extraordinaria, es decir, con una revelación. Fue movido, guiado o llevado por el Espíritu Santo al templo para que se encontrara con Cristo. ¿Acaso nuestros hermanos que entonan los cantos que hemos mencionado, esperan que el Espíritu Santo los guía directa y personalmente para llevarlos a cierto lugar? ¿Acaso esperan recibir una revelación que les indique a dónde ir y para qué y con quien? En primer lugar, las enseñanzas de los cantos mencionados no pueden ser justificados con ningún texto bíblico, ni aún con el de Lucas que hemos leído. Además, toda guía del Espíritu Santo para los cristianos, no es a través del corazón, ni de un impulso mental, o de una voz que se escucha en el oído; sino a través de la Palabra de Dios, es decir, la Biblia inspirada por el Espíritu Santo. Todos nuestros movimientos, toda nuestra vida, así como toda obra que hacemos para Dios, está siendo guiada por el Espíritu Santo a través de las Escrituras, y no por un "mover en mi corazón", o en "mi cuerpo", o "en mis oídos", tales ideas son falsas y no están lejos de las visiones y revelaciones, supuestamente inspiradas, de sectas como el Adventismo, el Mormonismo, el Catolicismo y los diferentes movimientos carismáticos. Recuerdo a una pareja de pentecosteses, quienes habían sido casados, aún en contra de su voluntad, porque el Espíritu Santo "movió" a su padres para que casaran a sus hijos, ¿hasta donde llega el hombre cuando confía en fábulas semejantes a estas?...

FABULA RELIGIOSA SOBRE EL ESPIRITU SANTO


Muchas personas piensan que al momento de ser bautizadas, deben sentir lo que la Biblia llama "el don del Espíritu Santo" (Hechos 2:38). Muchos otros, quienes profesan la fe evangélica, afirman que han sentido que el Espíritu Santo ha venido a sus corazones cuando creyeron. Los carismáticos y pentecosteses, ya han hecho clásicos sus testimonios en los que narran la venida del Espíritu Santo sobre sus vidas, identificándolo con un calor en el corazón, como una brisa que cubre sus cuerpos, como un choque eléctrico que los hace perder el control o el conocimiento; y muchos, desde luego, caen a tierra derribados por una fuerza sobrenatural que les cayó como un rayo. ¿Será que todas estas experiencias tienen fundamento en la Palabra de Dios? ¿Dice la Biblia que el don del Espíritu Santo en el creyente, es algo que se siente? ¿Dice la Biblia que cuando el Espíritu Santo es derramado en nuestros corazones, nos produce alguna sensación interior? Para contestar pregunta a la luz de la Biblia, obviamente, es necesario leer lo que ella dice al respecto. En Hechos 2:38, encontramos la promesa sobre el don del Espíritu Santo sobre aquellos que se arrepientan y sean bautizados para el perdón de sus pecados. Nótese que en el versículo 41, dice que, efectivamente, como tres mil personas fueron bautizados, recibiendo así aquella promesa del don del Espíritu Santo; sin embargo, ¿sintieron algo estas personas? ¿Acaso dice el texto que sintieron un calor en su corazón? No, el texto sencillamente no dice que hayan sentido algo. En base a Hechos 8:39, quizás alguien pudiera pensar, que el "gozo" que manifestó el Eunuco, fue causado por el Espíritu Santo que recibió después de ser bautizado; sin embargo, el texto no dice eso. ¿A qué se debe el gozo del Eunuco? No al Espíritu Santo, sino al hecho de haber recibido la salvación. Este gozo, es el gozo que cualquier ser humano experimenta al recibir un bien o una bendición semejante, causada por el entendimiento y la convicción de haber obtenido la salvación.