Monday, July 7, 2008

PABLO Y LA MULTITUD DE IGLESIAS

La existencia de tantos grupos religiosos confunde a muchos. Algunos llegan a tal grado de confusión, que prefieren por no buscar la verdad, quedándose en sus casas y evitar cualquier compromiso con alguna de las iglesias existentes. ¿Qué debemos hacer ante una situación tan poco alentadora? Si estudiamos lo que dijo el apóstol Pablo referente a este asunto, podremos evitar el desánimo, e incluso podremos llegar a conocer la iglesia que Cristo edificó.
PABLO SABÍA DE LA EXISTENCIA DE LA MULTITUD DE IGLESIAS.
Aunque el apóstol Pablo no viva entre nosotros, él sabía que el sectarismo llegaría a existir. Él dijo, “..Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos..” (v. 29, 30). Pablo dice, “yo sé”. La multitud de iglesias es algo que se esperaba, es un mal inevitable para la humanidad. Así que, estimado lector, la gran cantidad de grupos religiosos que existen, fueron previamente anunciados por la palabra de Dios; no se sorprenda, pues, de que existan. Hay muchos grupos, y sin duda habrá más, pero, lo importante es la actitud que usted tome ante tanta confusión religiosa. Lo grave de todo, es que, a pesar de que Pablo advirtió de la multitud de iglesias, ¡muchos en nuestros días no saben de su existencia! Todos piensan que la gran cantidad de grupos religiosos son de Cristo. La gente cree que puede hacerse miembro de cualquier grupo. Irán al que esté más cerca. Irán al que tenga más gente, al que tenga más dinero o al más pobre. Irán en donde más les guste. Pero todo gira en torno a la ignorancia de lo que advierte Pablo. Sí, es necesario hacerse miembro de una iglesia, pero no de cualquier iglesia. Ahora, quizás usted diga, “Pero encontrar a la iglesia verdadera es como encontrar una aguja en un pajar..” Pero este comentario nace nuevamente de la ignorancia. Lo que debemos hacer primero, es estar enterados de que no toda iglesia, es la iglesia que Cristo fundó. Eso es lo primero. Luego, hay que saber identificar a una iglesia bíblica, ¿cómo? Por medio del Nuevo Testamento, el cual contiene las características de la iglesia que Cristo estableció. Así que, estimados lectores, comencemos con el principio. Quizás la iglesia en la que usted se reúne, es parte de esa multitud de iglesias que nacieron de la terrible desviación de la fe que menciona Pablo. Quizás la iglesia que está a tres cuadras. Quizás esa que le impresiona por su riqueza. Quizás aquella otra que afirma hacer milagros. Quizás todas las que usted ha visto. No, no estoy tratando de desanimarle, sino que les estoy llevando a la advertencia que hizo Pablo, para estimular sus sentidos y esté alerta. Pablo sabía de la multitud de iglesia, ¿lo sabe usted?...
PABLO IDENTIFICA EL ORIGEN DE LA MULTITUD DE IGLESIAS.
Muchos piensan que la multitud de iglesias que existen, son de origen divino. Pero, la única iglesia de origen divino, es la que Cristo estableció (Mt. 16:18), de la cual podemos leer en el Nuevo Testamento. Pero la multitud de iglesias que hay aparte de ella, no tienen origen divino, sino humano. Pablo dice que tales iglesias nacieron porque entraron a la iglesia del Señor “lobos rapaces”, y porque muchos de sus pastores se desviaron de la verdad, pervirtiendo la doctrina de Cristo. He allí el origen de la multitud de iglesias que existen aparte de la iglesia que Cristo estableció. Como vemos, su base no es la doctrina de Cristo, sino enseñanzas pervertidas por los hombres. Su guía no son pastores del Señor, sino lobos, lobos rapaces. Esta advertencia apostólica nos debería motivar a considerar la base escritural y la guía que muchas iglesias tienen. Muchos de los llamados “líderes” o “ministros” de muchas iglesias nos son predicadores de Cristo, sino “lobos rapaces”. Son peligrosos, son violadores, rateros, mentirosos y engañadores. No tienen dominio propio. No se preparan para su trabajo, son ignorantes. No aman a las ovejas, sino que “..con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos..” (Romanos 10:17); o como dice la Biblia En Lenguaje Sencillo, “..Hablan a la gente con palabras bonitas, pero son unos mentirosos y engañan a los que no entienden..” Así que, la multitud de iglesias, según Pablo, no fueron fundadas por Dios, ni nacen de la predicación de la Palabra, sino todo lo contrario, son el producto natural de la desviación doctrinal y moral de los hombres.
PABLO IDENTIFICA EL MENSAJE DE LA MULTITUD DE IGLESIAS.
¿Es bíblica la doctrina que recibe en la congregación donde es usted miembro? ¿Encuentra enseñanzas no bíblicas? ¿Encuentra, incluso, doctrinas contrarias a la doctrina de Cristo? Si en la congregación donde usted es miembro, toman la cena del Señor cada mes, cada tres meses, o cualquier día de la semana; si los predicadores le dicen que hay que traer el diezmo, si usan instrumentos musicales en la adoración, si se predica que basta con la fe para salvarse, si el pecado reina en entre ustedes, si danzan y aplauden, si dan alaridos o pronuncian sonidos disparatados sin significado, si tumban a la gente, si les echan aceite en la cabeza, si sus mujeres predican o dirigen algo en la adoración; luego, no es una iglesia bíblica. Usted es parte de esa multitud de iglesias contrarias a la iglesia de Cristo, de las cuales habló Pablo. ¿Tiene una organización bíblica la congregación donde usted es miembro? ¿Tiene la congregación un grupo de hombres santos y conocedores de la doctrina de Cristo como pastores? ¿Saben, estos hombres, que ellos son pastores, ancianos u obispos? Si usted responde que no, que en la congregación hay un pastor, ¡tal iglesia no es bíblica! Si usted responde que no, que en la congregación tienen un pastor y un obispo, ¡esa iglesia no es bíblica! Si usted dice que no, que en su congregación hay un obispo, sujeto a varios presbíteros, ¡esa no es una iglesia bíblica! Es importante que la organización de la iglesia sea bíblica, tal como Cristo lo desea en su Palabra. Pero, ¿a qué se debe todo ese conjunto de doctrinas ajenas a la palabra de Dios? Se debe a lo que hablan los “lobos rapaces” y los hermanos que se desvían de la fe, los cuales, hablan “..cosas perversas..” (v. 30). Por muy inofensiva que parezca la doctrina que esparcen la multitud de iglesias existentes, en realidad son muy dañinas. Como hace tanto daño el lobo a las ovejas, ese es el mismo daño que hace la enseñanza de la multitud de iglesias a las almas que se acercan a ellas. Muchos han caído en el error de querer distinguir entre doctrina y amor, entre predicar doctrina y predicar a Cristo, y no pocos han caído en el juego de llamar opinión a claras enseñanzas necesarias para la salvación del hombre. Finalmente, terminan presentando todo un “supermercado de la fe”, donde la gente tomará de él, aquello que más le agrade. ¡Cuidado con la enseñanza de la multitud de iglesias!...
PABLO PROPORCIONA LA PROTECCIÓN ANTE LA MULTITUD DE IGLESIAS.
El sectarismo es uno de los problemas más fuertes y serios que tiene que enfrentar la iglesia del Señor. Esta tiene que marchar contra él, pero también cuidarse de él. Pablo ha advertido a los hermanos con respecto a la existencia del sectarismo; sin embargo, también ha sido muy claro en presentar una solución para hacer frente a tan terrible situación.
1. Hacen falta varones fieles. Cuando Pablo iba a presentar la advertencia de la venida del sectarismo, “..hizo llamar a los ancianos de la iglesia..” (Hch. 20:17). Pero, ¿por qué hizo llamar a los “ancianos”? Porque ellos son los encargados de llevar a cabo la obra de “..obispos..” (v. 28). Esta palabra es traducción del griego “episkopos” (ejpivskopo), la cual, significa “supervisor” o “vigilante”. Pero, ¿tenemos en las congregaciones esta clase de “ancianos”? Muchas veces las congregaciones no pueden hacer frente ante la propaganda de la multitud de iglesias sectarias que hay a su alrededor, a causa de la pasividad de los varones. Muchos de ellos, lamentablemente, no anhelan ser obispos (1 Tim. 3:2), de tal manera que no se preparan espiritual, moral e intelectualmente para llevar a cabo esta buena obra (1 Tim. 3:2-7). Desde luego, este anhelo nace de la enseñanza de la Palabra y el buen ejemplo de los evangelistas (Tito 1:5), motivando así a los varones para tan noble tarea, llevándolos a una madurez espiritual. Como vemos, todo el cuerpo de Cristo está involucrado en la obra de protegerse y de ir contra el error.
2. Hacen falta varones fieles que protejan el rebaño. Cuando Pablo habló sobre los obispos de la iglesia, dijo que era “..necesario..” que estos hombres llenaran una serie de requisitos para cumplir con su obra; los cuales están mencionados en 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:7-9. Los obispos deben esforzarse por cumplir con cada una de las instrucciones dadas por Pablo en estos textos bíblicos. Para lograrlo, deben mirar por ellos mismos (Hch. 20:28). La Biblia Al Día, dice, “..Cuidad de vosotros mismos..”. La Biblia En Lenguaje Sencillo, “..Ustedes deben cuidarse a sí mismos..” Todo anciano de la iglesia es responsable por la fe de la congregación, pero también de su propia fe. ¿Cómo a de cuidarse a sí mismo? Dijo Pablo, “..velad..” (v. 31). Esta es una de las obras principales de todo pastor (Lc. 2:8). Por medio de esta obra, todo anciano de la iglesia se cuida a sí mismo, así como al rebaño. Cristo dijo, “..Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil..” (Mt. 26:41) Como vemos, no basta con la buena disposición de ser buenos obreros, sino que es necesario estar alertas. Siempre estar atentos y procurar que toda obra en la iglesia sea según la voluntad de Dios y de edificación para la misma. Lamentablemente son muchos los ancianos los culpables de que las congregaciones estén dormidas, mal alimentadas o propensas a la división. Por esto es importante que el anciano esté alerta. ¿Bastará con eso? No, también es necesario que sea un hombre de “oración”. Si estudiamos la palabra “velar” en el Nuevo Testamento, notaremos que la oración siempre está presente como la luz al sol. De hecho, para evitar entrar en tentación, Cristo dice, “..Velad y orad..” No basta con solo estar vigilantes, y no basta con la pura oración. Hay que vigilar, hay que estar alertas, pero también hay que orar. Todo esto es necesario para que los pastores cuiden bien al rebaño.
3. Hacen falta varones fieles que conozcan la Palabra. Pablo encomienda a los ancianos de la iglesia a Dios y a su Palabra (v. 32). Los pastores fieles, desde luego, obedecen la palabra de Dios, la conocen y son constantes en su estudio, lo cual les capacita para su obra (1 Timoteo 3:16, 17). Cristo constituyó “..pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo..” (Ef. 4:11). En resumen, la iglesia de Cristo necesita varones fieles que vigilen el bienestar espiritual y moral de la iglesia, así como su sano crecimiento a través de la enseñanza de la Palabra. Todo esto es necesario para que el sectarismo no invada a la iglesia, y para que esta pueda hacerle frente.
CONCLUSIÓN.
Pablo estaba enterado de las distintas semillas que produjeron la multitud de iglesias que abundan en nuestros días, las cuales van contrarias a la voluntad de Dios. ¿Lo estamos nosotros? ¿Sabemos de su existencia? ¿O aún seguimos pensando que toda iglesia es de Cristo? Pablo nos advirtió del efecto que tienen la enseñanza y organización que tales iglesias proponen, ¿estamos tomando medidas en cuanto a eso? ¿Tenemos cuidado de que toda enseñanza nuestra sea bíblica? ¿Estamos cuidando de que toda obra nuestra sea bíblica? ¿Estamos cuidando de que toda organización nuestra sea bíblica? O, ¿nos hemos dejado llevar por la filosofía sectaria de la multitud de iglesias, con respecto a la obra y organización de la iglesia del Señor? ¿Somos varones, pastores o evangelistas fieles? ¿Conocedores de la Palabra? ¿Santos? O, ¿hemos caído en la pasividad, en la ignorancia, en la carne? ¿Hemos permitido que la organización sectaria nos invada, tomando oficios y obras que no nos corresponde? ¿Somos siervos bíblicos? ¿Cumplimos con nuestro trabajo al cien por ciento? Debemos atender a la advertencia de Pablo, para evitar ser parte de la multitud de iglesias que tendrán su destino final en el infierno (2 Juan :9). Oremos unos por otros, oremos por cada evangelista, por cada anciano, por cada grupo de varones en las congregaciones, y exhortémonos con amor para que nuestra fe sea sana (Tito 1:13), siempre siguiendo el ejemplo apostólico.
“..Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos..”
Hechos 20:36
Lorenzo Luévano Salas

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