INTRODUCCIÓN.
¿Debería el cristiano prestar atención a las novelas o películas sobre el Código Da Vinci? Esta es una de las preguntas que surgen en torno a la gran publicidad que están recibiendo novelas, películas y documentales sobre el tema. En lo personal he leído y observado algunos documentales sobre el tema, y como lo había pensado, todo está fundamentado en la ficción, y sobre todo, en presentar diversas teorías que no están pensadas para atacar al cristianismo, sino a la Iglesia Católica. Desde luego, en este proceso anti católico, diversas verdades de la Palabra de Dios son puestas en duda en tales novelas. Aquí presento, pues, algunos detalles de todo esto, con el único fin de estimular a hermanos en la fe y a los interesados, para que tomen en cuenta diversos temas que sin duda alguna, no faltará quien pregunte sobre los mismos. Es probable que hermanos o personas no muy conocedoras de la doctrina de Cristo se vean afectadas por el contenido de tal obra de ficción, por lo que necesitamos presentar defensa de nuestra fe, y sobre todo encausar bien la fe de quienes puedan verse afectados por las fábulas modernas.
ES FICCIÓN, NADA MÁS.
Lo primero que debemos puntualizar, es que el tan publicitado “Código Da Vinci”, no es otra cosa sino producto de la ficción, es una novela, misma que ahora está siendo exhibida en cine y en diversos documentales, que presentan todo como si se tratara de hechos históricos, todo lo cual no es verdad. Si usted lee o mira semejante obra, no debe darle más credibilidad que a la que le da a Superman y las diversas obras de ficción, como la Guerra de las Galaxias o el Caballo de Troya. Recuerde siempre esto, se trata de ficción y nada más.
¿Por qué tiene tanta popularidad? Por la publicidad y el misterio que le rodea. Se habla de secretos, claves, códigos, mensajes escondidos en pinturas, sobre todo, mensajes de carácter religioso, todo lo cual no es sino la explotación de la curiosidad que todos padecemos al estar frente a mensajes como esos. Desde tiempos antiguos el hombre se ha interesado en lo oculto, o al menos, en oír o decir algo nuevo (Hechos 17:19-23). Este interés del hombre por conocer “algo que no conoce” bien puede ser usado para trasmitir la verdad, como lo hizo Pablo en Atenas; sin embargo, como puede ser usado para algo bueno, también puede ser utilizado para trasmitir la mentira; de ahí que no extraña que la ciudad de Atenas estuviera “...entregada a la idolatría…” (Hechos 17:16). Así que, no caigamos en el juego de intentar conocer ciertas “verdades desconocidas”, pues los creyentes tenemos a nuestro alcance “…toda sabiduría e inteligencia espiritual…” (Col. 9) en la Palabra de Dios, la cual es “…útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra…” (1 Tim. 3:16, 17).
EL CÓDIGO DA VINCI CUESTIONA LA DIVINIDAD
DE JESUCRISTO: ¿ES JESUCRISTO DIOS?
A través de la historia se han levantado hombres y movimientos religiosos cuestionando la divinidad de Jesucristo, afirmando que él no es Dios. En la novela sobre el “Código Da Vinci” (CDV – en adelante), se supone que ningún cristiano creía que Jesucristo fuera Dios, y que tal doctrina no existió sino hasta el año 325, siendo el emperador Constantino quien promulgó tal idea.
¿Es verdad que antes del año 325 no se creía que Jesús fuera Dios? No es verdad, esta es una de las muchas mentiras que el libro contiene, pues el Nuevo Testamento y escritos posteriores, todos escritos antes del año 325, muestran que los cristianos primitivos creían que Jesucristo era Dios.
En las cartas de Ignacio[1], escritas en los primeros años del segundo siglo, tenemos claras referencias a la creencia de los cristianos con respecto a Jesucristo como Dios. En su carta a los Efesios, dice: “…por la voluntad del Padre y Jesucristo nuestro Dios; a la iglesia que está en Efeso…”. A los Romanos, escribió: “…por la fe y el amor a Jesucristo nuestro Dios…”. En su carta a los Esmirnianos, escribió: “…Doy gloria a Jesucristo el Dios que os concede tal sabiduría…”.
En su tercer libro, Justino Mártir discute con el judío Trifón con respecto al cristianismo en contraste con el judaísmo, y en una parte de este diálogo, leemos: “…Si hubieses entendido lo escrito por los profetas, no habrías negado que él [Jesucristo] era Dios…”. También Irineo, escribió contra las herejías gnósticas, “…Él [Jesucristo] es el santo Señor… el poderoso Dios…”. Tertuliano también escribió que “…Sólo Dios está sin pecado. El único hombres sin pecado es Cristo, porque Cristo también es Dios…”. Orígenes, hablando de la encarnación de Cristo, escribió, “…Aunque era Dios, tomó carne; y habiendo sido hecho hombre, permaneció como era: Dios…” (Las doctrinas fundamentales).
En el Evangelio de Juan, que fuera escrito a fines del primer siglo, se registran las palabras del incrédulo Tomas, que al ver a Jesús resucitado, exclamó: “… ¡Señor mío, y Dios mío!...” (Juan 20:28). En la epístola a los Romanos, escrita por Pablo desde Corinto en el año 57, dice: “…Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén…”. En la epístola a Tito, la cual fue escrita entre los años 62 y 67, leemos, “…nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo…” (2:13). En la segunda epístola de Pedro, escrita en el año 65, leemos en el capítulo 1, versículo 1: “…nuestro Dios y Salvador Jesucristo…”.
Por otro lado, ¿cuál era el tema del concilio de Nicea en 325? El CDV afirma que en este concilio se presentó y se aceptó por primera vez la divinidad de Jesucristo, pero para todo aquel que sabe sobre la historia de este Concilio, notará que tal aseveración del CDV es falsa y no se apega a la verdad histórica del caso. En este concilio se debatió la herejía de Arrio, quien afirmaba que Jesús no era Dios, y se hizo una apología de la divinidad de Jesucristo ante tales herejías. En la Enciclopedia Católica leemos sobre este concilio: “…Es el Primer Concilio Ecuménico de la Iglesia Católica, que se celebró en el año 325 con motivo de la herejía de Arrio…”. Desde luego, todo lo que se haya dicho, correcto o falso en este concilio, no cambia la verdad bíblica, pues la doctrina de que Jesucristo es Dios, no es doctrina de hombres, ni de concilios, sino parte de la revelación inspirada que recibieron los apóstoles de Cristo. “…En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios… Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad…” (Juan 1:1, 2, 14). “…Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna…” (1 Juan 5:20). Incuso, los evangelios dan testimonio de que Jesucristo dio muchas evidencias de que era Dios. En textos como Juan 2:24, 25; Mateo 9:4; 12:25; Lucas 5:22 y 11:17, entre otros, se muestra la omnisciencia de Jesucristo. En Lucas 9:38 vemos que Jesucristo era adorado (Mt. 2:11; 14:33; 28:9), lo cual es algo exclusivo para Dios (Mt. 4:10). También Jesucristo perdonaba pecados (Mr. 2:5), lo cual también es algo que sólo Dios puede hacer (v. 7).
EL CÓDIGO DA VINCI AFIRMA QUE EL DÍA DOMINGO
FUE ROBADO DEL PAGANISMO.
Otra de las falsedades del CDV tiene que ver con el día domingo, en el cual, nosotros, los cristianos, nos reunimos para hacer memoria del sacrificio de Cristo. Pues el CDV afirma que este día de adoración fue robado de los paganos. Si leemos Hechos 20:7 y 1 Corintios 16:2, notaremos que antes del año 325 los cristianos ya se reunían a celebrar reuniones de adoración. ¿Qué fue lo que hizo Constantino con el día domingo? Sencillamente lo declaró oficial como día de asueto, para que los cristianos no tuvieran distracción en este día. Constantino, pues, promulgó el domingo como día de descanso para el imperio pero no como día de adoración, pues los cristianos, como lo leemos en los textos citados, mucho tiempo antes de ese edicto ya se reunían cada domingo. Así que es falsa la idea de que Constantino robó del paganismo el día domingo como día de adoración para los cristianos.
¿FUE MARÍA MAGDALENA ESPOSA DE CRISTO
Y PRINCIPAL ENTRE LOS APÓSTOLES?
Esta es otra de las calumnias que contiene el CDV. En esta novela de ficción se dice que María Magdalena fue esposa de Cristo, y que también era la principal entre los apóstoles, que ella debería haber sido quien continuara con el establecimiento de la iglesia y aún con la doctrina de Cristo. Nada más falso que eso.
La evidencia del matrimonio entre Cristo y María Magdalena no se obtiene de la Biblia, sino de evangelios apócrifos e historiadores con nada de credibilidad. De hecho, se ha reconocido que todo lo que tiene que ver con este punto, es extraído de material gnóstico, movimiento religioso contrario a la doctrina de Cristo y sumamente combatido en diversas partes del Nuevo Testamento. Por tanto, ¿qué confiables pueden ser todas las aseveraciones que se puedan extraer de esos supuestos evangelios?
Usted no debe dudar de lo que dice la Biblia, pues, como lo vimos anteriormente, nada en el CDV es digno de confianza. Lo único que puede sobresalir, y para mal, es la inmensa fe que ha tenido el espíritu del libro en historias y evangelios falsos y no apegados a la verdad. El libro es todo un compendio de falsedades, tanto religiosas como históricas.
CONCLUSIÓN.
Existen muchos otros errores en la novela CDV; sin embargo, estos tienen que ver con aspectos de carácter histórico que numerosos escritores se han dado a la tarea a refutar. Cabe mencionar que muchas de las falsificaciones que contiene esa novela, ataca principalmente a la Iglesia Católica Romana, por lo que la doctrina de Cristo se ve afectada únicamente por los puntos que hemos considerado. Así que, ¿debería el cristiano prestar atención a la novela o película sobre el CDV? No, no debería pues tal obra está llena de mentiras y de doctrinas ajenas a la Palabra de Dios. Invierta su tiempo y su dinero en otra cosa más provechosa.
Esta clase de “sugerencias” a cambiar la fe por supuestos descubrimientos, no tienen efecto en aquellos que están bien nutridos con las sanas palabras de nuestro Dios (2 Timoteo 1:13). ¿A quién afectan obras semejantes al CDV? A los incautos, a los ignorantes. Si usted ha dudado acerca de lo que dice la Biblia, le invitamos a que considere, con el mismo interés y con la misma atención que prestó al CDV, lo que tiene que decir la Palabra de Dios, y aún la historia seria y apegada a la realidad sobre los distintos puntos que causaron en usted un enfriamiento espiritual, o bien, una confusión religiosa. Espero que ateniendo a esta invitación si así es su situación espiritual. Si no es así, le felicito y le animo a que siga adelante alimentándose con la Palabra de Dios, “…para que por ella crezcáis para salvación…” (2 Pedro 2:2).
Tuesday, July 8, 2008
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